El mundo de la iluminación es un elemento fundamental para todo espacio de la casa. Ya sea como protagonista en una sala de estar entre reflejos de cristales de una lámpara de lágrimas o como un detalle funcional pegado al muro que te ofrezca visión para cuando te apetezca leer en la cama. Los tonos de luces, su intensidad, reflejos, cómo se refracta la luz; todos factores a considerar, pero el más importante, es QUÉ tipo de lámpara vas a colocar en tu hogar y de QUÉ está hecha.
El mundo de la iluminación es un elemento fundamental para todo espacio de la casa. Ya sea como protagonista en una sala de estar entre reflejos de cristales de una lámpara de lágrimas o como un detalle funcional pegado al muro que te ofrezca visión para cuando te apetezca leer en la cama. Los tonos de luces, su intensidad, reflejos, cómo se refracta la luz; todos factores a considerar, pero el más importante, es QUÉ tipo de lámpara vas a colocar en tu hogar y de QUÉ está hecha.
¡Una pequeña guía aquí sólo para ti de parte del TDJ!
1.- TIPOS DE LÁMPARAS
Lámparas de Sobremesa: Sencillas y para la iluminación de escritorio, son las que tenemos sobre algún mesón bajo la lógica de que la vamos a necesitar para escribir o teclear varias horas. Enchufables y versátiles, un detalle de luz para tu rincón.
Lámparas Apliqué: Conocidas menos elegantemente como “lámparas de muro”, concentran su luz en el pequeño espacio circunscrito a la pared donde se encuentran. Iluminan la muralla y resaltan el techo y el piso que las rodea. Suele ser acompañada de un juego de 2 o 3, aunque en el balcón, sola no queda mal.
Lámparas de pie: Enchufables y de figura alargada, su foco es el espacio donde están instaladas. Las hay clásicas y otras que representan algo más disruptivo en diseño, ya que su largo inspira a jugar con las formas.
Lámparas Colgantes: Como su nombre bien lo dice, suelen permanecer colgando, suspendidas desde el techo y entrando a la visual a mitad de sala. Se roban el protagonismo, sirven para iniciar o dar el toque final a una decoración. Por su gran tamaño, es donde más se puede jugar con el diseño y las figuras. Es la potencia lumínica de toda sala, la que brilla más fuerte.
2.- MATERIALES
El material escogido para tu luminaria incidirá en la cantidad de luz que llegará a tu sala, así como las aperturas del cuerpo de la lámpara. Según materialidad, puedes usar:
Vidrio: Clásico, fino, elegante, mucha transparencia. El vidrio es un elemento fundamental de toda iluminación. Y encandila con su luz directa. Es mejor mezclado que combinado. Algunos dicen que toda iluminación proviene del vidrio porque, eh, bueno, las ampolletas, no vamos a entrar en detalles.
Ratán: ¿Fibras naturales? Ratán es la excelencia por su delicada textura y múltiples formas alocadas, aunque también pueden ser de mimbre o de caña. La luz creada será la de un ambiente más suave, reposado y exótico. También puedes intentarlo con madera, para lograr una iluminación aún más calmante.
Metal: Fuerte, con personalidad. El metal permite muchas formas, algunas de ellas de estilo industrial, otras formas más finas, de líneas onduladas, modernas. La luz cruza libre por el metal, será una iluminación intensa siempre, a menos que la salida de luz de la lámpara sea muy pequeña. PD: Son las que más se calientan.
Resina : Nunca descartes el uso del Resina para tu iluminación, no sólo por el precio (no hay punto de comparación, no es barato) sino por sus distintas modalidades. La resina también es un plástico muy moldeable y que tiene buena consistencia y calidad.
Y bueno, si tienen dificultad instalando las nuevas fuentes de iluminación en la casa, aquí les dejamos un link con un instructivo muy útil que hicimos en TDJ para echarte una mano.