El jarrón adecuado puede hacer que un ramo de flores destaque o que pase al olvido. Por eso es tan importante elegir el adecuado y conocer los ramos que mejor le quedan. Acá te dejamos algunos sencillos consejos para lograrlo:
Poner flores en un florero puede parecer algo muy fácil, y lo es si es que conocemos el tipo de ramos que le queda bien a nuestros jarrones. Como todo en decoración hay que conocer algunos trucos para lograrlo y así sacarle el mayor partido a lo bueno de tener flores frescas en la casa.
Acá te dejamos algunas claves para elegir el jarrón perfecto:
¿Dónde irá?
La ubicación es clave para comenzar con nuestra elección, será determinante para elegir el tamaño y el largo de las flores. Hay que evitar colocar un jarrón grande en un espacio pequeño, siempre hay que intentar mantener un equilibrio.
La regla de 3 aplica:
Esta regla nunca falla, la idea es dividir ( mentalmente) el ramo en tres partes. Una debe quedar dentro del jarrón y dos partes afuera. Así de simple.
Paleta de colores:
Lo ideal es siempre pensar en tonos que vayan en armonía con nuestro arreglo. Lo ideal es tener un par de opciones en la casa para cubrir todos los frentes: uno transparente, uno de tono neutro y otro que destaque por su colorido o textura.
4 floreros para cada ramo:
- Un jarrón de “cuello ancho” queda perfecto para un arreglo tipo buquet con diferente grosor y alturas…permite que las flores caigan sin problemas. Un jarrón
- Un florero estrecho, es perfecto para ramas largas y reducidas. Nada muy abundante. Ahí el truco está en poner la cantidad justa… cuanto menos recargado esté, mejor será el resultado.
- Los jarrones cortos son perfectos para ramas también de tallo pequeño. Flores como las rosas o peonías quedan muy lindas en este tipo de florero.
- Acampanados, estos floreros son ideales para ramas largas. Así quedarán cerca en la base, para luego extenderse. Acá la clave es dejar espacio para que las flores o ramas puedan expandirse.